Todo proceso de enseñanza y aprendizaje debe ser una experiencia enriquecedora y gratificante tanto para estudiantes como para profesores, el mismo debe ser además, un espacio que promueva su crecimiento personal, de modo que al salir del aula ambos sujetos sientan que son mejores personas desde el punto de vista intelectual, afectivo y social.
Para ello es importante que la práctica pedagógica se caracterice por la aplicación de estrategias metodológicas centradas en la acción protagónica del estudiante, en el desarrollo de su criticidad y capacidad propositiva, en el fomento de su creatividad y el potenciamiento de sus saberes, en el perfeccionamiento de su intelecto y de su alma, todo esto asentado en un clima de distensión, de relajamiento, de alegría y buen humor.
Sin embargo, cabe considerar que el mundo de la educación muchas veces se da en condiciones de exigencia, autoridad y norma donde es muy difícil encontrar situaciones y momentos que sean vividos como gozosos, es más común que lo que se viva en el aula sean actividades enmarcadas en la seriedad o en el peor de los casos, actividades tediosas y aburridas que desalientan al estudiante.
En este sentido, es importante revalorizar el humor como una estrategia dirigida a optimizar el proceso de enseñanza y aprendizaje mediante la recreación de prácticas que generen una cultura de la alegría en el ámbito escolar.
Pero ¿qué es el humor? El humor es una actitud ante la vida e implica una determinada disposición ante la realidad. Supone afrontar de manera positiva y optimista las situaciones cotidianas. Ahora, si se utiliza ésta disposición como un instrumento de mofa o burla del otro, deja de tener el valor que se le supone. El humor implica “reirse con alguien” y no “de alguien”.
¿Por qué es importante el humor en la vida de las personas? Las personas con buen humor en general son más alegres, más motivadas, más energéticas, más comunicativas, más receptivas, más ingeniosas, más creativas, más tolerantes[1]... Este tipo de personas tienen una visión positiva de la vida, lo que implica un pronóstico más fiable de madurez psíquica y de una vida feliz.
Desde el punto de vista de la salud, el humor tiene un valor terapéutico por cuanto las investigaciones realizadas demuestran que la sonrisa y la risa (expresiones externas del buen humor) intervienen en la curación y mejoría de muchas enfermedades.
¿Qué es la pedagogía del humor? Consideramos que ésta expresión implica el desarrollo de un proceso educativo que incorpora al humor como estrategia para formar integralmente a los estudiantes.
El humor aplicado al campo educativo es mucho más que el arte de contar chistes. Es un referente que sirve de modelo a los agentes educadores, despierta un estilo de enseñanza y aprendizaje. La utilización de dicha estrategia en el proceso educativo busca formar hombres y mujeres que transiten por la vida con optimismo y seguridad, que no se dejen vencer por los fracasos, que comprendan la realidad desde perspectivas diferentes y que tengan las competencias necesarias para resolver los problemas sociales.
¿Cómo se puede concretar en las actividades de aula la pedagogía del humor? La concreción en la práctica de la pedagogía del humor implica la utilización de métodos, técnicas y recursos variados, consideramos que la historieta o cómic es un recurso didáctico importante para el desarrollo de ésta estrategia.
La historieta tiene características peculiares y se presenta atractiva y motivadora para los estudiantes. Si bien este medio de comunicación de masas, como tantos otros, ha nacido y se ha desarrollado en ámbitos alejados del contexto escolar, puede ser abordado desde una perspectiva pedagógica para el desarrollo del humor en el aula, además, su utilización puede iniciar a los estudiantes en la lectura crítica de imágenes y simultáneamente desarrollar en ellos habilidades cognitivas, comunicativas y artísticas.
La incorporación de la historieta a las actividades del aula puede realizarse en cualquier área del conocimiento o temas transversales, la experiencia nos muestra que el abordaje de cualquier contenido utilizando este recurso y el humor como estrategia metodológica es altamente gratificante tanto para estudiantes como para profesores.
Finalmente, es importante resaltar que para cualquier estrategia metodológica que se desarrolle en el aula, el profesor debe poner en manifiesto el amor por su profesión de modo que en cada actividad de su práctica pedagógica realice su mejor esfuerzo por dotar de significación al proceso formativo de sus estudiantes.
[1] Yepes Stork, R. (1996) Fundamentos de la antropología. Disponible en: http://www.monografias.com/trabajos12/filyepes/filyepes.shtml#sentido
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